Algo se le debe reconocer a López Obrador, la genialidad que le imprime a sus discursos y convertir debilidades en fortaleza.
Sus palabras no son huecas, no son los discursos monótonos que no llevan a ningún lado, son imágenes que se plasman en el subconsciente de los mexicanos y que antes de que éstos se den cuenta, las usan todos por igual.
Frases como “Se los advertí, que nos iban a llevar al despeñadero”, “Eso no lo tiene ni Obama”, “Frijol con gorgojo”, se han vuelto lenguaje común.
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Ahora, la que ha puesto de moda es "al final toooooma tu voto”, es un llamamiento claro a la resistencia civil, es algo que tiene un profundo significado en pocas palabras, representa fuerza y verdad, y hace que AMLO se vuelva un portador de sentido.
No propone nada, no se ofrece como una solución, sino como una esperanza… y ahí es donde su genialidad semiótica triunfa pues entra en otros terrenos, los de la FE. |