A las 3 de la madrugada un señor no podía conciliar el sueño y se paseaba ansioso por los rincones de la recámara. ¿Qué te pasa? Le preguntó su esposa que había sido despertada por los ruidos del señor. Es que mañana tengo que pagarle una deuda al vecino y no tengo dinero.
No te preocupes, le dice la esposa, si ese es tu problema ahorita lo resolvemos. Abre la ventana y grita ¡Vecino! ¡Vecino! ¡Sólo queríamos decirte que no te vamos a poder pagar mañana!
Acto seguido los esposos vuelven a la cama y duermen tranquilamente, mientras que en la casa de junto el vecino comienza a pasearse ansioso pues ha perdido el sueño.
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