Por un lado la insensibilidad social cada día se agudiza aceleradamente y pierde su capacidad de asombro por lo que sucede en las calles.
Por otro hay también, y qué bueno que así suceda, quienes levantan la voz en defensa de los animales en peligro de extinción, por los maltratados, contra del aborto y el maltrato a las mujeres.
Pero mientras unos pierden sensibilidad otros la focalizan hacia puntos vulnerables de la sociedad pues en no pocos hogares se producen atrocidades que avergüenzan a la sociedad sin que existan políticas públicas efectivas ni recursos para atender este lacerante tema.
|