Por fortuna no ha pasado nada que lamentar, pero resulta obvio que esas amenazas debieron existir por cuestiones relacionadas con su trabajo.
Por tanto, haciendo la analogía, no se puede decir a bote pronto que todos los servidores públicos que han caído en las manos de la delincuencia necesariamente tuvieron relación con sus victimarios, pues muchas veces son sus actividades laborales las que los ponen en riesgo.
Una enorme felicitación a Namiko por su valor y entrega en esa posición tan delicada. |