Ahora, con la Reforma Fiscal Americana, sin duda se incentivará al menos la relocalización o domiciliziación fiscal de empresas americanas asentadas en nuestro país.
Habrá que analizar la tasa real y efectiva que los negocios americanos pagarán con la Reforma, y que impactarán en México.
Y mientras, los funcionarios mexicanos siguen en la autocomplacencia hacia la reforma americana como sucedió originalmente con la renegociaciones del TLC.
Es recomendable asumir con seriedad e inteligencia económica el choque externo que ya toca nuestra puerta y prepararnos para lo peor; al fin que si no sucede lo peor, cuando menos estaremos preparados para lograr mejores resultados, a pesar de los ajustes cambiarios y las tasas de interés las elevadas.
Lo anterior fue una perla de Joan Rega, colaborador de asuntos especiales de Política al Día. |