Si algo se ha criticado a la política laboral de Enrique Peña Nieto no es la falta de creación de nuevos empleos, pues esta sigue rompiendo récords.
Lo que se cuestiona es el nivel de esos empleos que son, en la inmensa mayoría, trabajos mal pagados que no dan lo suficiente para vivir decentemente.
Hablar de 800 mil 831 nuevos empleos en el 2017 no es cosa menor. Cuando menos así lo ven en la Cámara de Diputados, donde el presidente de la Comisión de Economía, Jorge Dávila Flores, ve esa cifra como la base para elevar la producción y la competitividad.
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