La graciosa huida de no pocos diputados federales y federales que salieron en busca de nuevos y carnudos huesos, hizo que el Congreso Federal quedara convertido en un kínder de aprendices que no atan ni desatan.
La inactividad legislativa es espantosa.
No hay Fiscal Anticorrupción, faltan los nombramientos de los titulares de la FEPADE y la PGR, pero la iniciativa que debería preocupar a los legisladores es la reglamentación al 124 constitucional para regular el gasto en propaganda gubernamental ordenado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, derivado de una omisión del Congreso en las reformas electorales del 2007 y 2014.
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