En su familia todos son cortadores de caña, viven en la comunidad de Santa Teresa, en una suerte de albergue en donde se les da un espacio para vivir a las familias que se dedican a ello. En un pequeño espacio habitaban ella, su madre, su padre y una sobrina. En ese pequeño espacio donde ahora apenas cabe su ataúd.
La mujer de la que la madre de Jenny tenía un mal presentimiento las siguió hasta ese lugar; el pretexto, fue obsequiarle ropa de recién nacido al bebé; tal y cómo le ocurrió a Jessica Gabriela en Tamaulipas, asesinada el 27 de marzo por dos personas que le robaron a su bebé, que también murió.
La mujer - de no más de 30 años - ahora identificada por las autoridades como Brenda Padrón Cano, las alcanzó y se dirigió a la joven embarazada.
Su madre recuerda que se acercó y le tocó la espalda a Jenny; le empezó a hacer preguntas, su nombre y cuánto tiempo tenía de embarazo.
“Le dijo: ‘yo tengo una ropita de bebé, voy a tener un varón, tu vas a tener una niña, te voy a regalar la ropa para que te sirva unos meses’ (...) mi hija andaba así como nerviosa, le dije hija no te vayas”, narró.
Sin embargo la promesa de ropa para el bebé fue suficiente para que Jenny decidiera ir con ella a buscarla hasta su casa. Se dirigieron a la carretera donde detuvieron un taxi que iba pasando y desaparecieron de la vista de Carmen.
“Me dio las 5, las 6, las 7, empecé a hablarle a los taxistas y les pedí de favor me lo mandaran, le dije, a dónde me la llevaste, me dijo la llevé a Punta de Arena, le dije a su papá para que salieran a buscarla”, explicó.
Los hombres del albergue, se unieron para buscar a Jenny a partir de donde el taxista les dijo dejó a las dos mujeres, llamaron a la policía, que también realizó la búsqueda, sin embargo; ya era tarde.
Jenny estaba tirada bajo un árbol junto al rancho de ganadería intensiva Santa Rita en Ciénega del Sur, Alvarado.
Vestida justo como había salido de casa y aun con su bolso al hombro, sólo tenía el vientre descubierto, una herida lo atravesaba. Su bebé le había sido arrancado mientras a ella se le iba la vida.
“En un pueblito que se llama platanal nos dijeron que acababan de ir una muchacho que llevaba un bultito, dijeron que se iba riendo”, aseguró la madre de Jenny, cabizbaja.
Jenny era la menor de siete hermanos, ellos y sus hijos lloran su muerte, mientras observan el féretro gris que fue colocado dentro de la pequeña casa. Su padre, sentado en una mecedora, incapaz de mediar palabra, hace guardia fuera.
Entonces llega la noticia difundida por el Grupo de Coordinación Veracruz; el hallazgo de la bebé de Jenny. La presunta asesina la habría dejado abandonada en su casa para huir. Por un momento hubo felicidad, habían recuperado a la pequeña. Una parte de su Jenny volvería a casa.
Los restos de la joven serán enterrados en Lerdo de Tejada este jueves a las 10 de la mañana en el panteón municipal.
(Agencia Los Editores) | 
