PREVISTO en la ley, los ciudadanos gozan de un periodo de silencio por parte de los aspirantes a los diversos puestos de elección popular, antes de acudir a las urnas electorales, donde, voluntariamente, así se cree, depositen los sufragios a favor del candidato que mejor les parezca o cuyas propuestas se consideren mejor para beneficio de los habitantes de esta nación o bien del Estado, donde también se elegirán gobernantes y representantes populares.
Setenta y dos horas, antes del inicio de la jornada electoral, es el tiempo que legalmente se impone para que los ciudadanos puedan reflexionar sobre su voto, dentro de un proceso electoral, como el que estamos viviendo y que ahora más que nunca tiene mayor importancia porque en él se han incluido elecciones concurrentes, es decir, que en una sola jornada electoral, se podrán marcar boletas para elegir, también, a los diputados, locales y federales, así como Senadores de la República, que irán a integrar las diferentes cámaras para el ejercicio legislativo del país.
Pues bien, a partir de este jueves, a las ocho de la mañana, entra en vigor esta parte del ejercicio democrático, donde nadie, pero nadie, podrá hacer referencia al proselitismo político a favor de ninguno de los candidatos que ya han sido escuchados a través del periodo de campañas políticas y durante las cuales, los mismos tuvieron la oportunidad de hacer llegar sus propuestas, sus proyectos y programas de trabajo, en un plan de convencimiento de todos los sectores que integran este país, para atraer el voto en su favor.
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Así es que, cualquier acción que se lleve a cabo por parte de los candidatos o de sus propios operadores políticos, se consideran ilegales y pueden ser sujetos, desde luego, de sanciones impuestas por las mismas autoridades electorales y hasta penales, pues los delitos electorales son castigados con dureza en virtud de que se trata de un asunto sumamente delicado.
Pero, fuera de estas consideraciones, lo más sobresaliente de este periodo de silencio, es la oportunidad que se ofrece a los ciudadanos, para que después de haber visto y escuchado todos los mensajes políticos emitidos por la radio, la prensa y por la televisión, además de todos los medios modernos de comunicación que se aprovecharon en esta jornada proselitista que culminó este miércoles, puedan hacer una evaluación de los mismos trabajos que llevaron a cabo los candidatos y que mostraron lo que tienen para cumplir cabalmente con la responsabilidad de ser elegidos para un puesto de elección popular.
Queda pues, pendiente, solamente, la responsabilidad de cada uno de los ciudadanos mexicanos y veracruzanos, en lo particular, para ejercer el voto con responsabilidad, sin ser coaccionados y menos obligados, por diferentes métodos, para votar a favor de alguien en lo particular. Por eso, es que este periodo de tiempo, se da, al final de las campañas políticas y en el umbral de la jornada electoral, para que todos tengan manera de pensar sobre su decisión y aportar el voto en las casillas para quien consideren el mejor elemento para gobernar un Estado, o el país. Es plena voluntad ciudadana, elegir a quien mejor les parezca para ocupar los cargos de elección popular que se encuentran en juego durante estas elecciones del próximo domingo.
Al mismo tiempo, todos los ciudadanos mexicanos, podrán cumplir con una de las obligaciones ciudadanas de contribuir, con su voto, a la elección de los gobernantes y representantes populares, dando cumplimiento a este deber y dentro del marco legal que rige a esta nación y a este Estado. Por lo demás, se dan, para estos efectos, las condiciones necesarias, a fin de poder garantizar la tranquilidad en todos los rincones del país, a fin de que el voto de los ciudadanos pueda ser depositado en las urnas, bajo un clima de paz y de tranquilidad.
Hay que recordar que votar, también es un derecho de los ciudadanos en general, y quizá, sea este el propósito más importante de todo proceso electoral, por lo que ejercerlo es la mejor manera de estar construyendo la democracia que tanto se anhela en un país. Poco a poco, los ciudadanos podrán ir consolidando el llamado poder del pueblo, quien tiene la última palabra a través del voto y es quien decide el rumbo que deba seguir la nación o el Estado, pues de la decisión ciudadana depende, en gran medida, el futuro de México, en este caso y de Veracruz, también, al elegirse el nuevo titular del Poder ejecutivo de la entidad, que ahora, a diferencia del gobierno que se tiene, será de seis años, es decir, un gobierno sexenal, tal y como se había tenido en el pasado inmediato.
Silencio, pues, que los ciudadanos del país y del Estado, están pensando, están reflexionando por quien se decidirán en estas elecciones y esta práctica del razonamiento, no debe ser interrumpida por nadie, menos de alguno de los candidatos o de las autoridades que se encuentran en funciones.
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