El Ocaso de Miguel Ángel Yunes Linares, aún Gobernador del Estado, inició el primer día de su Gobierno, las promesas incumplidas, la voracidad, la corrupción y la arrogancia demostrada fueron los signos presentes en su mini gobierno. Nunca estuvo cercano a la población, se creyó merecedor de un triunfo que no le correspondía, triunfó el hartazgo al PRI, no él. Embriagado de poder pensó que su hijo lo sucedería y que el “yunismo” estaría seis años más, no escatimó recursos y Veracruz le dio su lección más cruel. Hace dos días se presentó en Palacio Legislativo para entregar su segundo y último Informe de Gobierno, los presentes incluidos legisladores panistas le demostraron que ya no es útil, ni siquiera para ellos, se mantuvieron a distancia incluso aquellos que se sirvieron de él para ser hoy representantes populares. Ni el Dirigente Estatal de Acción Nacional puede apoyarlo, José de Jesús Mancha Alarcón está librando sus propias batallas para enfrentar serias acusaciones de corrupción, el PAN se está desmoronando lentamente…los miembros de su Gabinete no lo acompañaron están desesperados por cubrir sus “pecadillos” de los meses pasados porque escucharon bien que el Gobernador electo Cuitláhuac García, aseguró que en su gobierno, habrá aplicación de la justicia, no venganzas, eso es lo que los tiene sin dormir, buscando notas y facturas hasta por debajo de las piedras para justificar lo injustificable. Todos los funcionarios del actual gabinete estatal se muestran nerviosos, desesperados y ansiosos de que termine este mes para salir corriendo de tierras veracruzanas, ya no reciben a nadie, las oficinas lucen vacías del personal de confianza, sólo los trabajadores sindicalizados se presentan a cubrir los horarios de trabajo, ya no hay camionetas con escoltas como antes, mucho menos cientos de asesores “hípsters”, todos desaparecieron como por arte de magia. En la Fiscalía General del Estado, su titular Jorge Winckler Ortiz no se ha presentado, Darinka, su secretaria privada contesta que anda de “comisión” cuando preguntan por él, ya no sube a sus redes sociales fotos mostrando sus platillos favoritos, sus viajes o actividades deportivas con una sonrisa de triunfo, ignorando las peticiones de organizaciones que clamaban por justicia para sus muertos o desaparecidos… hoy el panorama es diferente… la fiesta terminó.
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