La Secretaria de Energía, Rocío Nahle, ha sido duramente tratada y la traen como piñata entre la prensa nacional, porque de entre los colaboradores del Presidente Andrés Manuel López Obrador que lo han acompañado en las conferencias de prensa mañaneras, ella ha sido la única a la que no se le han visto los tamaños ni el nivel que para esas ligas se requieren. Hasta el momento, sus participaciones en las conferencias de prensa han sido el ser una convidada de piedra, un florero, un adorno al que cuando AMLO le ha requerido información no ha sido capaz de responder.
Sin embargo, lo que pudiera parecer ocioso y parte de una crítica trivial, en realidad no lo es. Este jueves, por ejemplo, el columnista Raymundo Riva Palacio en su columna le dedica un torpedo premium y la señala como responsable ‘de la creciente desconfianza en el mundo financiero sobre el gobierno de AMLO, porque, como se están quejando en Nueva York, no entiende el sector, ni las finanzas de empresas energéticas. Es ideología pura, en un cargo donde se requiere técnica, no grilla’.
Y quizá tenga razón Riva Palacio de que no entiende el sector y que de técnica no tiene nada. No por nada recientemente le tuvo que pedir a la titular de gobernación, Olga Sánchez Cordero, que le jale las orejas al súper delegado en Jalisco, Carlos Lomelí, por informar que el ducto Salamanca-Guadalajara ya había sido abierto y que pronto llegaría la gasolina a Jalisco, lo cual no es cierto, raya en el chisme y no es muy técnico que digamos.
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