Quien haya hecho el diagnóstico del caso lo hizo mal pero fue peor la solución que te soplaron al oído Presidente.
En cualquier oficina de planeación ramplona, con un diagnóstico como el que hasta ahora se conoce, hubiera recomendado un saneamiento de aquellas guarderías que funcionaran irregularmente; un programa de revisión paulatino; y el diseño de normas a cumplir y vigilar.
Pero nadie en su sano juicio hubiera recomendado cortarle el brazo a una persona que requería una operación de dolorosos tofos gotosos.
¡Quitarle el Presupuesto a este eslabón social es una irreverencia social y política!
Ponga reglas y normas claras Presidente. Castigue la corrupción donde la hayan detectado, porque saber que existía y no castigarla, también es complicidad Presidente López Obrador. |