A la entrada de la iglesia Cristo Rey en la colonia Santa Clara, ambos ataúdes, los de César con su hijo Santiago y de la señora Irma, fueron puestos por algunos minutos, donde enseguida se les colocó playeras de beisbol con sus nombres encima.
Al concluir la misa, fueron trasladados al campo de beisbol Beto Ávila, donde los amigos de César cargaron su féretro hasta el centro del diamante.
"Hoy es un día diferente para nuestras ligas pequeñas, estamos consternados, enojados, tristes por la tragedia donde perdió la vida un gran ser humano. Es increíble la forma y la manera en la que nos han arrebatado a una persona tan noble, un caballero, un amigo. Creo que Dios no se equivoca y necesitaba una tercera base en su equipo. Te extrañaremos, te echaremos de menos, pero recuerda que jamás te olvidaremos", dijo uno de los presentes.
Entre porras y minutos de aplausos, familiares, amigos, así como padres de familia de los pequeños jugadores, dieron el último adiós al entrenador y a su hijo.
Los representantes de ligas pidieron que este crimen no quede impune y repudiaron los hechos violentos que se registran en el estado.
En cuanto a la madre del jugador Marcos Davis, aseguraron que fue una mujer que siempre fue impulsora del deporte y a la vez, informaron que el joven jugador de beisbol se encuentra en estos momentos jugando el partido más importante: el de salvar su vida.
Antes de partir del campo, César y su hijo dieron la carrera final por el diamante de beisbol, concluyendo con un "safe" cuando llegó al home acompañados de sus amigos de juego y los integrantes de las ligas menores.
Además, sus alumnos recitaron el juramento del beisbol que dicta: "creo en Dios, amo mi patria, jugaré limpio, respetaré sus leyes, me esforzaré por ganar, pero gane o pierda, siempre daré lo mejor que pueda".
Los cuerpos fueron enterrados en el panteón de la colonia Tacoteno de Minatitlán, en donde también se encontraban familiares y amigos de Julio César González Reyna conocido como "Becky Rin" en el ambiente LGBT y a quien han señalado las autoridades como la persona que los sicarios buscaban ese viernes 19 abril en la palapa.
Asistentes al funeral corrieron a gritos a la prensa y demás personas que miraban desde lejos, además aseguraron que todo lo que se ha dicho de su amiga trans son mentiras.
Los demás fallecidos en esta terrible masacre fueron sepultados más temprano también en el campo santo Tacoteno y el Hidalgo del municipio de Minatitlán.
RECUERDAN AL ENTRENADOR COMO UN HOMBRE BUENO
Padres de los jóvenes adolescentes que César entrenaba lamentaron su muerte y aseguraron que no se merecía morir así y mucho menos su hijo Santiago de 1 año.
"Esto ya no puede seguir así porque se han llevado a muchas personas inocentes, ojalá que se tomen cartas en el asunto correctamente, no que digan que se hará y todo queda en el olvido. Él era respetuoso, educado, alegre, fue una noticia fatal", dijo el señor Aladino Meléndez.
Informó que César daba clases los lunes, miércoles y viernes de 16:00 a 18:30 en el campo Beto Ávila.
Recordó que César era entrenador de la categoría denominada "Pony" y entrenaba al equipo "Marlín" de 13 a 16 años.
Por su parte, su alumno Diego de 17 años dijo que César lo entrenaba y su muerte ha provocado una gran tristeza en él y sus compañeros.
"Era una persona alegre, amable, apoyaba y pues la verdad de lo que lo logré conocer sí era muy agradable. Como entrenador siempre nos apoyaba, no era de gritos y regaños, aunque perdiéramos nos daba ánimos, nos alentaba. Nos da mucha tristeza, la situación que se vive aquí es terrible", finalizó.
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