Sin embargo, en este caso, las autoridades en su comunicado oficial no confirmaron el número de afectados pese a que la cifra inicial trascendía era también de cerca de 200 niños.
La Secretaría de Salud sólo confirmó el hecho e informó que “Entre 2 y 4 horas después del evento, los infantes presentaban dolor abdominal, vómito y diarrea; por lo que se activaron los protocolos necesarios. Las primeras evaluaciones no reportan casos de gravedad o defunciones, sin embargo, continúa la atención de la emergencia y se espera el arribo de más pacientes, que estarían en periodo de incubación”.
La pregunta es ¿Quién controla este tipo de eventos? Sobre todo en estos días de intenso calor durante los cuales la comida fácilmente se echa a perder. Por lo regular este tipo de eventos son organizados de buena fe y con las mejores intenciones de llevar un poco de alegría a los niños, pero lamentablemente en este caso (como en muchos otros) hay daños colaterales y alguien tiene que hacerse responsable.
Tal vez sea generar más burocracia, pero el Gobierno bien podría controlar este tipo de eventos para garantizar, al menos, que los responsables realmente lo hagan RESPONSABLEMENTE. |