Ahora, quien está en el ojo del huracán es su supuesto familiar Eleazar Guerrero Pérez, quien aseguran es primo del Gobernador y quien aseguran también habría cometido nepotismo con algunos familiares colocándolos en puestos de primer nivel en otras dependencias.
Sin embargo, y pese a que hoy mismo el Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que serán las autoridades correspondientes quienes deben explicar esos presuntos casos de nepotismo, lo cierto es que el dichoso problema no pasa la prueba del ácido y con la ley en la mano Eleazar y Cuitláhuac deberían salir indemnes.
Y es que el Gobernador y el Subsecretario de Administración y Finanzas, en realidad no son parientes. Ambos nacieron y crecieron en una vecindad en la calle Clavijero, allí se conocieron y desde entonces, por su cercana amistad, se han dicho “primos”, aunque no lo son.
Por tanto, en la contratación de Eleazar el Gobernador no estaría cometiendo nepotismo.
Por otro lado, el que existan parientes de Eleazar trabajando en el gobierno tendría sustancia si estuvieran en su misma dependencia o la contratación de ellos hubiera sido realizada por Eleazar mismo. Quienes los contrataron fueron los Secretarios de las otras dependencias.
Claro, pudiera usted pensar que esos son tecnicismos con los que se le busca la vuelta a la Ley… pero son tecnicismos válidos que no actualizan el supuesto acto de corrupción. Así es la ley, ni hablar.
En ninguno de los casos presentados hoy y ampliamente comentados existe un verdadero acto de nepotismo.
Si por Ley fuera, no debería haber ninguna sanción ni problema alguno, aunque políticamente y para cuidar las formas, tal vez pudiera existir algún movimiento menor para darle gusto al pueblo. |