Con respecto a su remoción dijo que este acto “no goza del respaldo del señor Presidente de la República… Hoy me siento sorprendido pero estoy seguro que esto es un acto que no avala el señor Presidente de la República”.
Winckler dejó dudas en el aire y no respondió a los reporteros en dónde estaría despachando si es que, como afirmó, él sigue y seguirá trabajando. Tampoco aclaró qué pasará con el Acta de Entrega Recepción, si tendrá que elaborarla o qué pasará con los expedientes vivos de la Fiscalía.
Reiteró la ilegalidad de su remoción aunque tampoco dijo cuáles serán las medidas legales que tomará a partir de este momento. Sólo dijo que tomaría las medidas legales que estén a su alcance pero no dijo cuáles.
La moneda está en el aire. Hay quienes aseguran que aparte de haber sido un albazo, su remoción es ilegal e inconstitucional; hay quienes afirman que no es así y que su remoción se hizo al más puro estilo porril Yunista.
En fin, hoy, como dirían los clásicos, “haiga sido como haiga sido”, Winckler está fuera.
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