De acuerdo con sus padres, el chico solía jugar horas por las noches y mañanas cuando no tenía que ir a la escuela.
Aprovechó sus vacaciones escolares desde finales de octubre y sus ratos libres para encerrarse en su habitación para jugar en línea.
Indicaron que permanecía despierto toda la noche jugando e incluso corría las cortinas para poder continuar. Para alimentarlo, se vieron obligados a llevarle la comida a su cuarto.
Ante esta situación, los padres ahora quieren advertir a otros padres de los riesgos de permanecer tanto tiempo inmerso en videojuegos.
"Deben ser más estrictos con las horas de juego de sus hijos, de lo contrario podrían terminar como mi hijo", comentó. |