Ahora, nuevamente el gobierno se quiere pasar de vivo y López Obrador le apuesta a la solidaridad, misma que ya se está viendo: los empresarios se están comprometiendo a no correr empleados; los bancos están disponiendo planes de pago para que sus clientes no caigan en mora; los vecinos se apoyan ayudando a quienes no pueden ir de compras y cuidando a los viejitos; la información en su inmensa mayoría (aunque no sea precisa) se comparte de buena fe para tomar conciencia.
Ahora, el gobierno propone medidas que -dicho sea de paso- se agradecen pero que a todas luces serán insuficientes. Se necesitan no solo créditos, sino suspensión de pago de impuestos, de servicios, garantizar que no haya incremento de precios y sobre todo, dejar de lado las chabacanerías y marrullerías.
¡Aguas! Es cierto que el pueblo bueno milenariamente ha sido solidario… pero dejarle la responsabilidad al pueblo también corre el riesgo de que después le cobren la factura al gobierno. |