¿Cómo se mide el éxito de una estrategia contra un virus como el COVID-19? ¿Con base en qué se puede determinar que se ha domado al COVID? ¿Con base en que no nos ha ido tan mal como pudo irnos? ¿Con base en que la realidad es menos dolorosa que las proyecciones? ¿Comparándonos con los resultados de otros países?
Hace unos días comentamos en este espacio la situación de México y Suecia. Se comentó que Suecia, sin confinamiento y sin afectar economía, tiene casi las mismas cifras que México en muertos por COVID, y nos hicieron llegar varios comentarios en el sentido de que no se debía comparar a México con Suecia pues dicho país tiene 10 veces menos población que México. Hay mucha razón en ello, al tener una población diez veces menor que México, se podría considerar un éxito en Suecia si tuviera 10 veces menos muertos que México.
Sin embargo, queda como punto de comparación China, país donde inició la pandemia. China, al día de hoy, tiene registrados 4,633 muertos por COVID-19 y se encuentra en el lugar 12 por número de fallecimientos.
|
México se encuentra en el lugar 13, muy cerquita de China, con 4,220 defunciones por COVID-19. En los últimos días, México ha registrado más de 250 muertos por día, por lo que entre hoy y mañana, seguramente estará rebasando a China.
No obstante, a China el COVID-19 la tomó por sorpresa, allí inició la pandemia y tuvieron que luchar a contrapelo con el virus. México tuvo más de 4 meses para prepararse, para comprar equipo, para diseñar estrategias y políticas públicas, para proteger al cuerpo médico y para poner todo a punto para lo que, se sabía, vendría.
Hoy el Gobierno de México asegura que se ha “domado al coronavirus”, asegura que se ha “aplanado la curva”, asegura que la estrategia es la correcta. Pero los resultados en cuanto a número de muertos no lo reflejan, sobre todo si se comparan contra un país que fue tomado por sorpresa y que tiene 10 veces más población que México.
Una estrategia exitosa no sería compararse con Italia, España o Estados Unidos, por poner ejemplos, sino con países que ocuparon los recursos que tenían a la mano y que ni siquiera pudieron prepararse. Una estrategia exitosa sería no haber “aplanado” la curva, sino ocupar esos cuatro meses de gracia comprando ventiladores con licitaciones públicas internacionales abiertas que evitaran las adjudicaciones directas; una estrategia exitosa hubiera sido diseñar políticas adecuadas de confinamiento que disminuyeran los daños a la economía; una estrategia exitosa hubiera sido no tener una tasa de mortalidad del 10.5%; con una estrategia exitosa no estaríamos en el lugar 13 en número de muertos, y no a punto de brincar al puesto 12, desbarrancando a un país con casi 1,500 millones de habitantes.
Este virus ha tomado desprevenido al mundo y es algo nuevo para todos. Incluso ni siquiera sea midiendo la cantidad de muertos como se pueda determinar un éxito o no de una estrategia, y si Usted considera que no es así como se debe calificar probablemente tenga razón.
¿O Usted qué opina? |