No se trata de cuestionar voluntades ajenas, pero sí dar un dato que posiblemente ayude a valorar mejor esas decisiones personalísimas.
Con los datos oficiales de la Secretaría de Salud del Gobierno Federal, actualizados a este 25 de junio y publicados en la página oficial de la Secretaría de Salud https://coronavirus.gob.mx/datos se reporta que de los 202 mil 951 casos confirmados mediante las pruebas aplicadas, 116 mil 862 personas han sido dados de alta en los diferentes hospitales del país; 25 mil 529 permanecen activos; y 25 mil 060 han fallecido (aunque no todos estos fallecimientos se han presentado en los hospitales).
Lo anterior es dato importante de tomar en cuenta pues nos indica que el 57% de las personas confirmadas con el COVID-19, al momento, se han podido recuperar.
Además, de las personas que acuden al hospital, no es verdad que allí se queden todas. El 31.46% de los que acuden se tienen que quedar hospitalizados, pero el 68.54% reciben atención que les salva la vida y regresan a su casa en el transcurso de horas (casos ambulatorios).
Otro dato importante es que el número de fallecidos reportados oficialmente hasta ayer 25 de junio es de 25 mil 060, es decir; el número de personas que han vencido al COVID-19 es de 4.66 veces superior a los que mueren, ¡Vaya! Ni siquiera es un volado.
En cambio, si no se acude a recibir tratamiento (sobre todo con comorbilidades o personas mayores de edad) la probabilidad de perder la vida se dispara.
Por otra parte, está la cifra negra, los casos que jamás llegaron a un hospital o se acercaron al Sector Salud. Entre esas personas, no solo hay una alta probabilidad de morir y que ni siquiera sean tomadas en cuenta dentro de la estadística, sino que sobre todo es muy probable que contagien a sus demás familiares y la desgracia se multiplique.
Otro sector importante es el de las personas que presentan algunos de los síntomas del contagio y se niegan a realizarse la prueba, por diversas y múltiples razones, pero sobre todo, que teniendo síntomas no se guardan y continúan en sus actividades normales. Ellos, aunque tengan síntomas, no necesariamente tienen COVID-19, de allí la importancia de la prueba.
Al respecto la Secretaría de Salud Federal reporta que de las personas que se han practicado la prueba del COVID-19, 262 mil 117 personas resultaron negativas, es decir, es mayor el porcentaje de los que dan negativo que los que dan positivo.
La pregunta es: ¿De qué tamaño puede ser el sufrimiento de esas personas y sus familiares que vivieron días o semanas de angustia pensándose contagiados del COVID-19?
1- Si tiene los síntomas del COVID-19, hágase la prueba.
2.- Si resulta positivo acuda a recibir atención especializada, o si tiene recursos recíbala en casa, pero no se deje vencer sin luchar.
3. Si tiene comorbilidades o es mayor de 60, no se espere, no espere a que se sienta morir, acuda al médico desde los primeros síntomas por leves que sean.
4. Deje de pensar que ir al hospital es sinónimo de ir a morir, al contrario, ir al hospital es la esperanza de vida.
5. Por más difícil que sea, ármese de valor y nunca, jamás, se deje morir.
Entre todos tenemos que seguir luchando y la batalla hay que darla hasta el final. No se rinda. |