Para los sabios bebedores de café no existen motivos reales para que se estresen Peña Nieto y Videgaray. ¡Vaya! Ni siquiera un tierno y pasajero insomnio. Las declaraciones, afirman, no son pruebas y se refieren desde luego a las que hábilmente negoció el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin.
Las declaraciones son un indicio, pero ni siquiera la confesión es relevante en el nuevo Sistema de Justicia Penal. Si Lozoya no documenta todos sus dichos, tendrá el mismo valor de lo que han dicho columnistas y politólogos.
Sin embargo, como lo que importa en estos tiempos ya cercanos al 2021 es el ruido mediático, aunque las haya validado el propio Presidente López Obrador, no existen pruebas, aseguran.
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