Aún más, las diversas mediciones que se han hecho sobre la posible conformación de la próxima Legislatura Federal y de las gubernaturas en juego, siguen dando números muy muy halagüeños para el partido en el poder y sus aliados.
El circo mediático en el que se ha convertido el “Lozoyagate”, permite reforzar en ciertos públicos la idea de que este gobierno está cumpliendo en el combate a la corrupción y, de paso, permite golpear en la línea de flotación de los panistas y de su némesis, Felipe Calderón.
Aún están por escribirse varios episodios más antes de llegar a la elección de 2021. Lo que es un hecho irrebatible es que hasta el momento, es el actual régimen el que parece llevar la delantera. En nada pesan los yerros y la pésima imagen de algunos gobernantes emanados de Morena, las encuestas muestran la delantera de su partido para 2021, amparados en la consistente aceptación del presidente López Obrador.
La oposición necesita superponerse a la narrativa oficial de los hechos actuales e impulsar una agenda que dé respuesta a numerosos grupos de clase media y media alta que no se sienten representados por el actual régimen y sumar a desempleados, subempleados e informales que no se sienten “atendidos” por los “programas” sociales impulsados desde el gobierno federal.
Sobre todo, los partidos opositores deben impulsar candidatxs completamente ajenos al status quo, que representen al ciudadano común, de a pie. Deben abstenerse de postular “a los de siempre”, so pena de terminar de atomizar su voto e incluso de desaparecer de la faz política nacional.
Como escribió el Nobel George Bernard Shaw “Los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia... ambos por la misma razón”.
Lo anterior es una perla de Rogelio Barrios, colaborador especial de Política al Día para temas nacionales. |