El último funcionario que renunció “por motivos de salud”, fue Víctor Manuel Toledo como Secretario de la SEMARNAT. Al viejo estilo, como si nada hubiera cambiado, en la 4T también hay renuncias “por motivos personales” o por temas de “salud”, cuando fue a todas luces la diferencia que tuvo Toledo con el Sistema al ventilarse un audio en el que se evidenciaban las disputas con la 4T y acusó al titular de SADER de favorecer agronegocios.
Otro que se fue y dejó la víbora chillando fue Germán Martínez, quien salió del IMSS y se regresó a su curul del Senado al acusar a funcionarios de la SHCP de afectar la operación del Instituto.
Carlos Urzúa, ex titular de la Secretaría de Hacienda, fue de los casos más emblemáticos, pues además de señalar discrepancias en materia económica e imposición de funcionarios, ahora, de a tiro por viaje en colaboraciones periodísticas, no deja pasar la oportunidad de señalar los errores de la 4T y de López Obrador.
Javier Jiménez Espriú, recientemente removido de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, se opuso al control de la Marina en la operación de los puertos mexicanos… acto seguido, fue cambiado y ahora, a partir de este 1 de septiembre, varios administradores de puertos han sido removidos.
Tonatiuh Guillén, del Instituto de Migración, dejó el cargo cuando la Guardia Nacional asumió la contención de migrantes.
Cristina Laurell, quien trabajaba en la Secretaría de Salud, señaló en su momento que Jorge Alcocer pretendía desparecer la subsecretaría de integración y desarrollo que comandaba, y al mismo tiempo señaló diferencias con otros altos funcionarios como López-Gatell. Fue de las pocas que han señalado que dejan el puesto por dignidad y no esperó a que la “renunciaran”.
Así las cosas en la 4T, donde “o estás conmigo o estás contra mí”, donde no hay más líder que el líder y está prohibido disentir.
Si algo no te cuadra, te aguantas… o si no, te renuncian. |