"La Cámara Alta revisará que en 22 años de trayectoria, Rodríguez no tiene un sólo señalamiento por corrupción; no posee 23 casas, ni 41 automóviles clásicos. La céntrica Colonia del Valle, en la capital azteca, alberga su hogar desde que llegó proveniente de la Huasteca. Viaja en autos austeros que tendrá que cambiar por una camioneta blindada.
"Recién nominada por el jefe del poder ejecutivo Federal, en la última semana de octubre pasado, recordé sus palabras en una entrevista que me concedió en Manhattan, a mediados del año 2013.
“Sí nosotros no tomamos decisión pronto el problema va a ser creciente y entonces va a ser incontrolable”, decía a propósito de la población callejera que representaba un fenómeno en aumento en la capital de México. Lo mismo podría aplicar ahora en el tema de la inseguridad.
Rodríguez Velázquez en la Gran Manzana
Corría el mes de junio de ese año cuando Rosa Ícela Rodríguez visitó Nueva York para conocer de primera mano la experiencia de atención a los “homeless” que brindaba la Administración del entonces Alcalde Michael Bloomberg (republicano).
En su calidad de Secretaria de Desarrollo Social de la Administración del jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, Rodríguez Velázquez sostuvo una apretada agenda de encuentros con Linda Gibbs, vicealcaldesa de Salud y Servicios Humanos, Seth Diamond; Jefe del Departamento para los Desamparados y Patricia L. Gatling; Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de Nueva York, entre otros personajes.
“No podemos ser indoles ante la problemática que nos agobia”, fue el corolario del periplo.
Al final de la visita relampago, Rosa Icela Rodríguez me confió, sentada en una banca frente al Central Park, que se llevaba buenas enseñanzas de Nueva York; las mejores prácticas del modelo de atención a los desamparados, de la actuación de la Policía y del respeto a los derechos humanos.
Temple potosino
Un incidente marcó esa visita a Nueva York de la Secretaria Rodríguez y la delegación mexicana integrada por Jesús Rodríguez Almeida (Secretario de Seguridad Pública) y Luis González Placencia (Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal). Viajó también Matilde Rizo, titular de la Dirección Ejecutiva de Seguimiento de la CDHDF y Evangelina Hernández, Directora Ejecutiva de Participación Ciudadana de la SEDESO.
La tarde del siete de junio, la comitiva azteca, una anfitriona estadounidense y quien esto escribe quedamos atrapados en el vetusto elevador de un edificio que da servicio a personas sin hogar. Durante varios minutos que parecieron una eternidad esperamos la ayuda en medio de llamados desesperados por radio de la persona que nos conducía.
Durante los primeros instantes del encierro obligatorio, el jefe de la Policía de la Ciudad de México sudaba copiosamente, el ombudsman apretaba su maletín, mientras Rosa Ícela llamaba a la tranquilidad analizando el comportamiento de todos. Reinaba la incertidumbre.
Frente a la falta de oxígeno, luego de dos minutos enclaustrados, abrí el bastidor empujando con fuerza hacia los lados la puerta metálica de la cabina del elevador, encontré -como era de esperarse- el muro, los ladrillos del cajón del ascensor. Seguímos atrapados pero ya teníamos aire para sobrevivir.
Pasaron largos minutos, dos, tres, cinco, siete para que los llamados al 911 tuvieran éxito. Finalmente, por la parte superior del elevador se escuchó una voz, era la de un vulcano quien abrió una compuerta por la cual bajó una delgada escalerilla, pudimos subir uno por uno al techo del aparato, de ahí fuimos extraídos a un piso superior.
El heroico cuerpo de Bomberos de Nueva York se anotaba un nuevo rescate de mexicanos; una fotografía y sonrisas nerviosas sellaron el episodio en el cual la ahora Secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana de México nunca perdió la calma.
Ahora, al frente de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Ícela Rodríguez deberá hacer gala de su temple, decisión, capacidad de análisis e intuición. Cuenta con todo el respaldo de su jefe pero sabe que va a contracorriente, que la inseguridad en México viaja en ascensor y que ha sido llamada para el bomberazo. Los minutos corren el oxígeno se acaba.
Crestomatía: https://arizonanoticias.com/rosa-icela-rodriguez-tendria-el-visto-bueno-de-estados-unidos/
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