Sin embargo, lo que también vino a enrarecer el ambiente fue la renuncia de Miriam Esther Veras Godoy, quien se desempeñaba como directora del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, desde el que se encabeza el Programa de Vacunación Universal.
Obviamente, como sucede en estos casos, la renuncia de la funcionaria se estimó oficialmente a “motivos personales”, aunque ha trascendido que su dimisión se debió a que no estaba de acuerdo con la manera en que se desarrolló el plan de vacunación contra COVID-19.
En medio de todo, la sociedad mexicana aún está escéptica pues no se ha detallado la forma en que se hará la vacunación, y la salida de las vacunas a través de los famosos Siervos de la Nación a “zonas vulnerables”, ha sonado más a un tema político que a un tema de salud.
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