Pero no, como en el Quijote, triunfó la razón sobre la sinrazón (lo cito, nomás por el puro placer de releerlo: “La razón de la sinrazón, que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura”).
Sí, los dirigentes de los partidos se fueron convenciendo de que el representante de la coalición extra-electoral de las familias Fernández y Chedraui era el que aseguraba el mayor grado de competitividad ante un candidato tan formidable como Ricardo Ahued, el rey del voto en Xalapa (y al parecer en todo el estado).
Marlon Ramírez del PRI y Sergio Cadena del PRD, que iban en la misma tesitura, lograron que el Chapito Joaquín Guzmán Avilés y la gente blanquiazul bajaran las manos y accedieran a dejar al precandidato priista. Fue un pacto de varios fretes, porque dentro del panismo, los grupos tuvieron que ponerse de acuerdo, pactar sumas y restas y llegar a aceptar que el PRI mandara en Xalapa.
Por el lado de la cuadra de Ricardo Ahued, anoche el clima era de tranquilidad en la casona de la calle Juárez (que pronto dejará de ser el cuartel general, pues se cambiarán unos cien metros más adelante; ya se sabrá).
Dicen las filtraciones que don Ricardo comentó en lo corto que él tiene su proyecto y su trabajo de toda la vida por el bien de la ciudad. Dijo también a miembros de su equipo que por lo pronto está compitiendo en la interna del partido en el Gobierno y que ya se verá qué sucede cuando se haya determinado el candidato.
Alguien que pidió no ser identificado expuso que Ahued le explicó a sus colaboradores que irían por una campaña propositiva, con planes para mejorar e impulsar a la capital, y que con eso van a competir, de manera abierta, franca y decente, sean quienes sean los oponentes de los otros partidos.
Así que David tratará de hacer la chica contra el Goliat de las elecciones xalapeñas.
Va a estar buena la contienda… y caballerosa por fin.
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