Este fin de semana, mientras usted descansa, en otros lugares del país muchos mexicanos viven en la zozobra y la incertidumbre enfrentando inundaciones, deslaves, granizadas, sismos y para rematar, el desgajamiento de un importante cerro.
Mientras las huellas del Huracán Grace todavía se aprecian en el suelo veracruzano, las inundaciones por las fuertes lluvias en el Estado de México también cobraron vidas.
Avanzaban los días y este martes 7 de septiembre, como si fuera cábala, un sismo de magnitud 7.1 estremeció las costas de Guerrero y se sintió fuerte en la CDMX y otros estados del país.
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Un muerto se reportó inicialmente por un poste que le cayó encima a un motociclista, sin embargo, hasta el momento no se sabe todavía la magnitud del daño pues los dictámenes técnicos aún están en curso, sobre todo en Guerrero.
Y por si la semana no se pudiera poner peor, copiosas lluvias desbordaron el río en Tula, Hidalgo, por lo que el desbordamiento del mismo provocó que en el hospital del IMSS no se pudiera evacuar adecuadamente a 14 personas que murieron por la falta de oxígeno. Una tragedia como no se había visto en México desde hace muchos años, y que asemeja a la ocasionada por negligencia en la guardería ABC.
Sin embargo, la semana aún era joven, y el huracán Olaf se aprestaba a arrasar con techos y viviendas en Baja California Sur, donde tocó tierra este jueves como huracán categoría 1, dejando lluvias intensas así como fuertes rachas de vientos.
Y como si todo lo anterior no fuera suficiente, la tarde de este viernes, un fragmento del cerro del Chiquihuite se fragmentó, lo que derivó en 1 muerto y 10 personas desaparecidas, entre ellos varios menores de edad.
En síntesis, una semana para el olvido, una semana funesta para México, que fue azotado con todo por la naturaleza, y lo anterior sin contar los estragos que sigue generando el COVID-19.
Huracán, sismo, inundaciones y desgajamiento… todo en una solo semana... y ojo, apenas es viernes. |
