En el 2015 fue cuando se alcanzó la mayor proporción de vacunas, con una cobertura del 97.2%, pero esta proporción ha ido bajando drásticamente en lo que va del gobierno de la 4T.
En el 2018 la cobertura solo alcanzó el 84.3%, mientras que para el 2019 había bajado el porcentaje de bebés vacunados a tan solo el 79.7% y para el 2020 se redujo aún más, a un 74.6%.
Si algo podía presumir México eran sus importantes y bien ejecutados esquemas de vacunación, pero esta lucha estéril de la 4T contra las farmacéuticas tarde o temprano cobrará factura… hoy, ni eso se puede presumir.
El Programa de Vacunación Universal que se estableció en el sexenio pasado se trazó la meta de alcanzar y mantener el 90% de cobertura de vacunación con el Esquema Básico de Vacunación: BCG (una dosis), Hepatitis B (3 dosis) Pentavalente acelular (4 dosis), triple viral SRP (una dosis), rotavirus (3 dosis), neumocócica (3 dosis), triple bacteriana DPT (una dosis) en menores de cinco años de edad en cada entidad… hoy, ese Programa de Vacunación Universal no se ha cumplido.
Así que por más importante que sea que los niños tengan la vacuna contra la COVID-19, deberíamos estar igualmente preocupados los mexicanos porque los niños tengan su esquema completo.
Especialistas señalan que debido a la pandemia se interrumpió la inmunización básica en etapas tempranas de la vida, a causa del temor de acudir a centros de salud, sin embargo, la disminución en los porcentajes de vacunación ya se venía arrastrando desde años anteriores.
Ante el escenario del regreso a clases presenciales, expertos destacaron la importancia de poner al día las vacunas de los más pequeños de la casa, para un regreso seguro a las aulas.
El problema será encontrarlas. |