Y es que el paisano de AMLO ya no quiere ser el “plan b” ni el “bat de aluminio” por si Sheinbaum se estanca, quiere la grande. Adán Augusto sabe que no estará más cerca de una oportunidad similar. Es ahora o nunca para el titular de gobernación.
Por eso AMLO dijo en su conferencia matutina que el otro “López de palacio” no era precandidato, y lo hizo a manera de escarmiento ante su actitud, pero no necesariamente porque esté descartado. El presidente sabe que la oposición crece, “y si Claudia no le da garantías de competencia o victoria, deberá hacer uso de su paisano”.
El silencio de Adán Augusto López hizo que los presentes en esa reunión voltearan a verlo como si hubiera gritado. Los amigos se observaban a los ojos y ninguno bajaba o desviaba la mirada, hasta que un tercero optó por decir que el auténtico enemigo era el INE, que eso era lo importante.
Adán Augusto supo que AMLO continúa prefiriendo a Sheinbaum hasta que los números digan lo contrario. Existe la probabilidad de que posterior a esa reunión, la cercanía entre los dos López haya sufrido su primera abolladura, lo que también puede significar un avance (o área de oportunidad), para la oposición y su candidata o candidato. ¿Será que aprovechen dicha fractura? Veremos.
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(COLUMNA "AL RESPECTO") |