“Yo hablé con ella pero no quiso escucharme, de hecho yo ya lo tenía detenido cuando él se la llevó, pero sus familiares pagaron abogado y lo sacaron y pues ella se encaprichó con él también, porque dijo que no lo quería dejar, que no quería que se lo encarcelaran", expresa Juana de Dios Vázquez, madre de la víctima.
Contrario a lo que se dice, los psicólogos comentan que “ella no estaba enamorada, sufría violencia, manipulación, vivía con miedo, con culpa”, a esto se le conoce como el Síndrome de Estocolmo, la víctima había generado un lazo emocional con su agresor sintiéndose responsable de las agresiones recibidas.
En Oluta, al sur de Veracruz, se refieren a Vianey como una niña que le tocó duro para salir adelante, sola y sin apoyo, en una familia conformada por 10 hermanos. La abuela, una señora cansada por la edad, hizo lo que estuvo en sus manos.
Vianey, como mujer de Gregorio, tenía un techo para dormir pero para comer le tocaba trabajar, pues una vez que se ganó su confianza, luego de convencerla que el abuso sexual había pasado por el “profundo amor” que le tenía desde pequeña, se la llevó a vivir con él, y desde entonces se la pasaba embriagándose y a golpes la amenazaba si por su mente pasaba irse.
*Trató de darla por desaparecida*
Fue el fin de semana que Gregorio, de 56 años de edad, asesinó a Vianey de varias cuchilladas en todo el cuerpo, “el estómago quedó completamente destruido, muriendo a los pocos minutos”.
Gregorio no solo era un pederasta, ahora se había convertido en asesino. La familia cuenta que trató de idear un plan para desaparecer a Vianey, “quiso ganar tiempo para limpiar la escena”, relata Juana de Dios, madre de la víctima.
Pero como había antecedentes de abuso, de violencia, de amenazas de muerte en contra de Vianey, Juana no le creyó y llamó a la policía, y se encontraron con una mujer más asesinada en el país.
“El sinvergüenza mandó a buscarla, que si yo no la tenía en el puesto (negocio de tacos), sabía que ya la tenía muerta en el cuarto, la quería dar por perdida, pero como yo no creía en sus mentiras le hablé a la policía y me fui, pero desafortunadamente ya no la encontré con vida”, recuerda.
La madre cuenta que un mes antes, Gregorio encerró a Vianey en la casa y la amenazaba con un machete en mano de matarla, y luego él se suicidaría si ella se atrevía a dejarlo. Y así fue. Una muerte anunciada.
*Gregorio está detenido y Vianey descansa en paz de tanto abuso*
Gregorio se encuentra detenido por feminicidio, después de matar a Vianey se provocó unas pequeñas heridas, simulando que intentó suicidarse, nada que pusiera en peligro su vida, señala la familia que exige justicia.
Mientras que Vianey por fin descansa en un ataúd de tanto abuso que desde niña sufrió. No pudo escapar de su agresor, no recibió ayuda y hoy se suma a la estadística de mujeres asesinadas que de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Veracruz comparte el Segundo lugar a nivel nacional con Nuevo León, de enero a marzo reportan 21 feminicidios.
En este mismo periodo en México se registraron 215 feminicidios, de los cuales el Estado de México, Nuevo León y Veracruz concentran 81 de los casos, es decir el 37.6 por ciento del total se ubica en sólo tres.
(Por Mari Alcalá) |