Ha sido una pena que algunos diputados y diputadas se hayan abstenido de votar en línea con la mayoría al considerar que aplicar sentencias de hasta 40 años a la tentativa de feminicidio es ‘severo’ en comparación con otros delitos. Fue el caso principalmente de legisladores del Partido Movimiento Ciudadano y en menor proporción de otros partidos.
Las razones para el endurecimiento de la ley, independientemente de lo cuantitativo que ya de por sí mismo hubiera sido suficiente, está el hecho del dolor y la desesperación de miles de familiares que han perdido a sus seres queridos incluso a manos de familiares, amigos y conocidos.
Los legisladores que se abstuvieron de aprobar las reformas mejor hubiera sido que exigieran penas mucho más severas y medidas cautelares en caso de tentativa también para todos aquellos asesinos que han enlutado miles de hogares mexicanos.
Inédito fue también que las reformas aprobadas este 26 de abril cancelan todos los beneficios de preliberación para todos aquellos homicidios calificados como feminicidios.
Las reformas establecen además que en los casos de feminicidio cometido en grado de tentativa punible, “la autoridad judicial impondrá una pena de prisión que no será menor a la mitad y podrá llegar hasta las dos terceras partes de la sanción máxima prevista para el delito consumado”. El código penal vigente contempla pena máxima por feminicidio de 60 años, es decir que quienes comentan tentativa, alcanzarán penas de no menos de 30 años y hasta 40 años de cárcel. También establece que “no gozarán de la libertad condicionada los sentenciados por delitos en materia de delincuencia organizada, secuestro, feminicidio consumado o en caso de tentativa punible, y trata de personas”.
Sin duda que este 26 de abril merece ser marcado en la historia de México como el día en que los feminicidios dejaron de considerarse como algo leve y que aquellas personas abusivas entiendan y sepan a qué atenerse.
Y pues como ha dicho el gobernador de Veracruz, ‘o aprenden por la buena o por la mala’.
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