Lo mismo pasa, por ejemplo, con los maestros, que aunque sí van a zonas alejadas del desarrollo, hay lugares en los que de plano tampoco entran.
La mentira estriba en que no haya médicos suficientes en México, pues año con año egresan más de 15 mil de las diversas escuelas del país, y solo unos 6 o 7 mil pueden continuar con la especialización, lo que deja entre 7 y 8 mil doctores que se suman a la fuerza laboral del país haciendo lo que pueden.
Lo que no hay en México, es necesario apuntarlo, son condiciones óptimas para el gremio pues llegan a centros de trabajo donde no hay, a veces, ni siquiera gasas para curaciones.
Ahora bien, las dudas flotan con los médicos cubanos. ¿En verdad están pensando en mandar a los médicos cubanos a las zonas de sierra y donde los mexicanos “no quieren ir”? ¿O los tendrán semi escondidos en clínicas de la CDMX o zonas desarrolladas como sucedió en la pandemia?
¿Qué le sale mejor a México, contratar a médicos cubanos a los que no tiene obligación alguna de incorporar a las filas del sector salud? ¿O contratar a médicos mexicanos que sí tiene que basificar después de un tiempo?
Ya de allí a otros aspectos como los que esgrime el PAN (La contratación de 500 médicos cubanos por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador sólo tiene como pretensión financiar a la dictadura de aquel país, acusó la dirigencia nacional del PAN junto con sus coordinadores en el Senado y la Cámara de Diputados)… es otro boleto y cae más en la politiquería.
Lo cierto es que por donde se le vea, por muy humanitario que quiera ser México, así como el lema es “primero los pobres”, debería ser “primero los pobres mexicanos”. |