Krugman asegura que “El éxito de las sanciones a Rusia ha sido una demostración del poder económico de Occidente y los nuevos controles generalizados que el Gobierno de Biden impuso el viernes pasado a las exportaciones de tecnología a China, con los que este país pretende condicionar a otros países avanzados, además de a Estados Unidos es una muestra de ello”.
A diferencias de los torpes aranceles de Donald Trump, dirigidos a reducir el déficit comercial de Estados Unidos, Jon Biden busca imposibilitar o, al menos, frenar los intentos de Pekín de fabricar semiconductores avanzados, de enorme importancia militar y comercial. Si esto parece un paso muy agresivo por parte de Estados Unidos, es porque lo es.
Y es que “China… en lugar de obligar a los países a entenderse, parece que la globalización ha creado nuevas fronteras para el enfrentamiento internacional”.
¿Todo esto les pone nerviosos? Debería.
Lo interesante del caso es que mientras que en el mundo la globalización y el desarrollo tecnológico giran a velocidad de la luz, las viejas teorías económicas que se imparten en las aulas universitarias, resultan ser incapaces para explicar los fenómenos económicos por venir y peor aún, cómo enfrentarlos.
Vale la pena leer hoy a Paul Krugman y su columna completa aquí. |