Resulta que hace unas semanas atrás, el alcalde de plano estalló por la presencia de una reportera (de quien se reserva el nombre por su seguridad) que le ha estado dando cobertura a sus actividades en el Ayuntamiento; el conflicto escaló de tal manera que dio la orden tajante de que la sacaran de un evento que encabezaba.
Según gente cercana a “Nacho”, acusan que la reportera es enviada de un enemigo político, como si eso justificara la fuerza pública para arremeter contra ella.
El tema llegó hasta la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (Ceapp), quien tiene el caso en sus manos.
Pero el asunto no acabó ahí…
Resulta que días después de la agresión sufrida, a la reportera le fueron a disparar balazos a su casa por la noche. No hubo mensaje, no había cartulina. Sólo balazos.
Pero lo más patético del asunto: testigos dicen tener fotografías de cuando policías municipales fueron a levantar los casquillos que se encontraban tirados en la escena.
Luego entonces, la sospecha más obvia es en contra del presidente municipal.
¿De plano a “Nacho” Morales se le habrá botado la canica como para llegar a ese nivel?
Sí, es sabido que así les gusta actuar por allá en esos lares, pues por años han vivido o tenido esa forma de vida muy al estilo de hacendados, con pistoleros y toda la cosa (a “Nacho” le llegué a contar hasta 8 guaruras, que se mueven en un convoy de tres camionetas).
Se les olvida que ya no son los mismos tiempos ni tienen la misma fuerza, y así como si nada, dicen que la denuncia de la periodista va caminando y puede dar una sorpresa inesperada en Altotonga.
Al tiempo.
@pablojair
(DE LA "COLUMNA SIN NOMBRE") |