Pero lo anterior no tendrá efectos reales sino hasta el 2023 y el 2024, cuando los mexicanos harán valer sus intereses en las elecciones que ya están en la puerta.
Será en el Congreso también donde se podrá valorar lo anterior, pues es ahí donde se contarán los votos de la reforma electoral y donde se verá si los legisladores obedecen lo que el pueblo manda o lo hacen conforme a sus intereses personales.
En ese sentido, vale la pena destacar lo declarado durante la marcha por el senador panista Gustavo Madero, quien afirmó que la marcha fue para presionar al PRI a que vote en contra de la Reforme Electoral que se discutirá en el Congreso a partir de los primeros días del próximo diciembre. Igual hizo Emilio Álvarez Icaza al afirmar que se mantendrá en su negativa, pues dijo que el PRI es el eslabón más débil de la oposición, lo que para ellos será un suicidio.
En cambio, hubo voces desde MORENA como la del senador Ricardo Monreal que afirmó desde su cuenta de Twitter: “No deben extrañar ni ofender a nadie las marchas pro-INE y que la expresión de la ciudadanía debe llamar a una reflexión serena pues eso es la democracia y es la libertad”.
Sin embargo, desde el sector privado lo que se lanzó fue un adelanto de lo que vendrá más adelante en el país.
José Medina Mora, presidente de la COPARMEX, dijo que “lo ocurrido este domingo fue más que una marcha un movimiento en defensa de la democracia, desde la ciudadanía”.
Es decir, lo de ayer es solo el comienzo. Lo que viene será de antología entre bando y bando. |