Le invitamos a leer aquí la columna del periodista Miguel Ángel Cristiani González, en la que analiza los resultados presentados por el ORFIS con respecto a la Cuenta Pública 2021.
Ahí, Cristiani denomina el “Top Ten de las malas administraciones municipales” a los siguientes:
1.- San Andrés Tuxtla, gobernado por el independiente Octavio Pérez Garay, al que se le calculó un daño patrimonial de 33 millones 711 mil pesos.
2.- Tuxpan, que gobernó el panista, Juan Antonio Aguilar Mancha, y no pudo aclarar en dónde quedaron los 80 millones 816 mil 829.61 pesos que le fueron observados como daño patrimonial.
3.- Xalapa, que gobernó Hipólito Rodríguez Herrero, 'la carta fuerte de MORENA' que sumó observaciones por un presunto daño patrimonial de 42 millones 51 mil pesos. Toda una vergüenza.
4.- Coatepec.
5.- Xico.
6.- Tantoyuca… el de mayor presunto daño patrimonial. El exalcalde Amado Guzmán Avilés -hermano del exdirigente del PAN, Joaquín Guzmán Avilés-, tendrá que justificar en qué se gastó 252 millones 502 mil pesos.
7.- Ángel R. Cabada, gobernado por el perredista Arturo Herviz Reyes, con un presunto daño patrimonial de 16 millones 572 mil pesos.
8.- Emiliano Zapata.
9.- Veracruz, del panista Fernando Yunes Márquez, quien resultó con un probable daño patrimonial de 117 millones 507 mil pesos.
10.- Boca del Río, del panista Humberto Alonso Morelli, que no pudo justificar un presunto daño patrimonial de 34 millones 719 mil pesos.
El problema es que no solo los alcaldes hicieron su año de Hidalgo, sino también los políticos a los que se les dio la oportunidad de su vida por ser considerados honestos al poner en sus manos a los conocidos organismos autónomos como: 1.- La Universidad Veracruzana de Sara Ladrón de Guevara; 2.- Servicios de Salud de Veracruz; 3.- Los Tribunales del Poder Judicial de Veracruz; y, 4.- El IPAX, cuyos titulares tendrán mucho que aclarar ante la autoridad.
Pero no se quede ahí, en la columna hay mucha más información como la de los alcaldes de la 4T que desafiaron los postulados de AMLO.
Lo invitamos a leer a Miguel Ángel Cristiani, en su columna completa aquí. |