Algunos síntomas presentes pueden ser: hinchazón o inflamación abdominal, pérdida de peso, fatiga, sensación de saciedad rápida al comer, dolor de espalda, necesidad frecuente de orinar, estreñimiento o diarrea, dolor al tener relaciones sexuales y dificultad al respirar (en caso de tener metástasis a nivel pulmonar).
Ledezma Rodríguez explicó que existen factores de riesgo que hace a las mujeres más propensas a padecer esta enfermedad, son: edad avanzada, es diagnosticada en mayor frecuencia en mujeres adultas; haber sufrido de endometriosis; el no tener hijos; tener antecedentes familiares de cáncer de ovario; el haber tenido un primer periodo menstrual en edad temprana; al inició la menopausia a edad más avanzada; sufrir sobrepeso u obesidad y consumir tabaco.
Recomendó que la mejor manera de prevenir el cáncer de ovarios es llevando un estilo de vida saludable, con actividad física, realizarse un ultrasonido pélvico de útero y ovarios al año y sobre todo detectar si se tiene alguna mutación, es decir antecedentes de familiares con esta enfermedad, de ser así, acudir con un especialista.
El tratamiento depende de la etapa en que se diagnostique; en una etapa temprana la mejor opción es una cirugía con una reducción óptima y en etapas más avanzadas se suele proponer un tratamiento de quimioterapia previa a la cirugía, seguido de cirugía y tratamiento posterior a la misma, mencionó.
Con los medios de tamizaje, la detección oportuna de anomalías y acudir al especialista, se podrían reducir de manera considerable los casos de mortalidad por esta enfermedad. |