Los debates presidenciales que organizará el INE para las campañas presidenciales, las senadurías y diputaciones; o los que organizarán los organismos públicos electorales estatales para los demás puestos de elección; serán una tiradera de dinero estéril y encuentros aburridos.
Si acaso los debates presidenciales tendrán algo de sabor, por el morbo de ver juntos a los candidatos, pero de allí a que se den hasta con la cubeta como muchos quisieran… hay mucho trecho.
Los verdaderos debates, los importantes, interesantes y de los que se podría generar una verdadera opinión la ciudadanía, ya se están dando en los medios de comunicación.
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Allí los panelistas dicen verdades a medias y mentiras completas, se alzan la voz, se exasperan y defienden vehementemente sus proyectos.
Para muestra, el debate protagonizado por la diputada Cynthia López Castro del PRI y el diputado Hamlet García Almaguer de Morena, frente a los micrófonos de Grupo Fórmula. Ellos protagonizaron un encendido debate en el que, en síntesis, la diputada Cynthia López Castro no pudo decir que las reformas presentadas al Congreso por AMLO no eran correctas, solo que las debió presentar antes. Es decir, el problema no es de fondo sino de forma, pero para discutir eso se llevaron bastantes minutos en los que uno y otro diputado se retorcían y bandeaban sus argumentos.
Y si esa mesa no le pareció de nivel o ya cuando menos interesante, ¿Qué tal la presentada en el programa de Azucena Uresti en Grupo Fórmula, donde Gerardo Fernández Noroña (PT), Kenia López Ramadán (PAN) y Laura Ballesteros Mancilla (MC)?
Vaya, allí se llegó al grado que la moderadora tuvo que intervenir para pedir que calmaran los ánimos pues se fueron encendiendo como cerillos secos.
Si usted ya tiene su opinión formada, no hay forma, lo que se diga o deje de decir no lo hará cambiar de opinión. Pero si a estas alturas usted sigue indeciso, debe seguir los debates en los medios de comunicación, pues si espera que los debates oficiales le den luz de cómo votar, se quedará esperando. |