“En los lactantes, los síntomas más comunes son: boca seca; llanto sin lágrimas; fontanela hundida en un bebé o niño pequeño (es a lo que llaman mollera caída); heces blandas si la deshidratación es causada por la diarrea; si la deshidratación se debe a la pérdida de líquidos (vómito, no consume líquidos) tendrá menos eliminación fecal”, agregó Karla Fabiola.
Mientras que, en los adultos mayores además de la boca seca y la sed excesiva, se puede presentar orina de color oscuro; fatiga, mareos y confusión; la jefa de servicio de la UMF No. 61, hizo hincapié en que es importante buscar atención médica en caso de que se presenten los síntomas.
De igual manera, la doctora especialista en Medicina Familiar aconsejó no exponer a los niños y a los adultos mayores a lugares con poca ventilación y con temperaturas elevadas, en especial en horarios donde hay mayor temperatura.
Para finalizar, Díaz Rodríguez resaltó que se debe ser constante con la lactancia materna en los bebés, independientemente que no lo demande y, para los niños y adultos mayores la hidratación con agua simple y purificada debe ser de forma continua como una buena medida preventiva, además recomendó el uso de ropa ligera y de colores claros. |