La especialista explicó que, aunque en un primer momento no se note ninguna molestia al mirar directamente, nuestra retina puede estar absorbiendo una gran cantidad de energía infrarroja y ultravioleta y se pueden producir daños que son irreparables. Las radiaciones electromagnéticas son lo suficientemente energéticas como para llegar a quemar la retina.
En ese sentido, aseguró que es fundamental protegerse con los recursos adecuados para dicho fin y evitar hacer uso de gafas de sol convencionales, trozos de vidrio, radiografías, filtros de cámaras fotográficas, así como filtros solares que no hayan sido diseñado específicamente para ello.
Informó que una opción viable es el uso de algún dispositivo que capte la imagen (cámara, tableta, smartphone, etcétera), ya que absorbe la energía solar y nos protege totalmente de sus efectos nocivos. Además, la óptica de la cámara permite ampliar la imagen y ver el fenómeno con más detalle.
La oftalmóloga del IMSS mencionó que en caso de exposición directa y se percibe una mancha central o distorsión de la visión central por más de 24 horas, es conveniente acudir a una valoración con un especialista.
Por último, recomendó cuidar la salud visual en general y acudir a revisiones oftalmológicas, por lo menos cada año o cada dos años para detectar oportunamente patologías que se pueden prevenir, si son detectadas oportunamente. |