En ningún momento hubo debate o contraste de ideas y propuestas; pero eso sí, los veracruzanos obtuvieron información por la que no se preguntó: lo negro, sucio y vergonzoso, que supuestamente cada candidato trae debajo de su traje de honestidad y capacidad.
Así que, a como se dio el debate, las propuestas que lanzaron sus oponentes son muy buenas y factibles de hacer y financiar, porque ninguno objetó las propuestas del de enfrente.
Por ejemplo, se podría decir que Pepe y Rocío aceptan que las propuestas de Polo son las mejores, puesto que ninguno de ellos objetó que la mayoría de obras carreteras que propuso son de alcance federal. Que son muy necesarias para Veracruz, y que sería maravilloso que se hicieran, eso sí, pero son obras que el gobierno del Estado no podría financiar. Y Polo, por ejemplo, también estuvo de acuerdo con aumentar la burocracia propuesta por Pepe y Rocío, de crear no una, sino varias nuevas secretarías e institutos, pues ni pío dijo de lo que ello representa ante un presupuesto estatal tan castigado y escaso.
Así que decir que alguno de los tres ganó el debate porque alguna o algunas de las empresas encuestadoras les dio el triunfo al final del “debate” es ocioso, puesto que son las mismas que se la han pasado publicando ventajas y empates que nadie cree.
Ocupar los datos de las encuestadoras para decir que tal o cual candidato ganó el “debate”, sería tanto como aceptar que estos son definitivos para inducir al voto en favor de algún candidato o candidata que se da ahí como ganador/a.
Por ello, aquí se prefiere no dar como ganador a ninguno sino un simple empate técnico y un desperdicio de tiempo y dinero público.
Ahora que, si me hablan de la guerra sucia entre los candidatos, esa ya es otra historia de la que no me encargaré aquí más adelante, pues cada uno de ustedes tendrá con seguridad el veredicto.
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(COLUMNA "FIGURAS Y FIGURONES") |