Si pierde Rocío Nahle, la coalición seguiría por subsistencia política, pero los partidos coaligados tendrían que replegar sus filas, reacomodarse y esperar poder recuperar el terreno y tiempo perdido.
En Morena y aliados no hay evidencias de distribución equitativa de espacios y candidaturas. La ‘planchaduría’ política no fue activada y eso fue lo que dinamitó a fuertes figuras Morenistas. Los que no tuvieron oportunidad de alcanzar hueso, solo les quedó hacerla de matraqueros. En MORENA no hubo promesas, no hubo sobadas de lomo, ni prebendas de consolación y menos reacomodo en espacios de campaña, ni siquiera se les lanzó el esperanzador engaño del “aguántate tantito que a ti te toca en la próxima”. Simplemente fueron bateados y, obvio, varios se fueron en busca de nuevos horizontes.
En la otra parte de la cancha, en la coalición “Fuerza y corazón por México” hay más y fuertes interrogantes.
Si Pepe pierde, la coalición del PRIAN ya no tendría sentido para ser usada en el 2030, pues si coaligados no ganaron, ¿Qué caso tendría seguir untos seis años más?
Pero si Pepe gana, la coalición del PRIAN sería un infierno. Implosionaría en una lucha interna de fuerzas rojas y azules y hasta los amarillos exigirían su parte del botín, por lo que difícilmente llegaría la coalición viva al 2030.
Sabido es que los gobiernos de coalición emanados de coaliciones políticas (como bien las define Cuauhtémoc Cárdenas) no son más que un reparto de botín, presupuestos y cargos públicos. Si en gobiernos del mismo color se destrozan entre ellos, imagínense la revoltura en cargos públicos de rojos, azules y amarillos.
¿Cómo queda entonces el acomodo y distribución de cargos públicos? ¿Quién hereda los cientos de miles de votos de esta elección?
Hay quienes aseguran que los ganones serán los del PAN, por ser ellos quienes meterán más del 70% de votos a las urnas en próximo 2 de junio.
Cuando las piezas aterricen en el gabinete, quedará claro qué estuvo destinado a quién. ¿Cuánto tiempo estará dispuesto Pepe a compartir el poder? ¿Cómo podrá contener al ciclón de Soledad de Doblado para que éste tome el mando del gabinete? Ahí está el detalle chatos.
Si a mediados del sexenio Pepe logra hacer a un lado a los Panistas, sería evidente que en el 2030 cada partido luchará por lo suyo y los priistas que hoy esperan tener un hueso (y lo más seguro es que no lo tengan), podrían saborear aunque sea al final del sexenio las miles del poder y recuperar lo invertido.
Pero si pasa la mitad del sexenio permanece el cogobierno, entonces el arreglo (seguramente firmado en alguna servilleta como en Coahuila) sería el mismo que se manoseó en el 2016 con Héctor y con Pepe. De todos fue conocido que primero iba uno, y después el otro.
Sería entonces lo mismo, con la única diferencia de que ahora sería: primero los Yunes Rojos y después los Yunes Azules, y luego al revés para dar continuidad hasta el infinito al apellido.
Hablar hoy de quiénes formarían el gabinete de cada quien, puede resultar ocioso, pero es interesante pensar al menos quién ocuparía la Secretaría de Gobierno.
Si gana Rocío, se habla en los pasillos que Ricardo Ahued podría ser el Secretario de Gobierno… lo que sería bien visto en la Capital Xalapa y ratificaría a un buen aliado.
Si gana Pepe solo habrá una sopa, la SEGOB quedaría en manos del papá Yunes o de alguno de sus hijos. No habría otro pago de mejor tamaño para los del Estero. Al menos, claro, que se queden con el ORFIS, el Poder Judicial, el Congreso y la Fiscalía General; solo así aceptarían los del Estero que Pepe coloque a Américo Zúñiga Martínez como en número dos de gobierno.
Veremos.
@AtticussLicona
(COLUMNA "POLÍTICA AL DÍA") |