Las guerras, los enemigos y las posiciones políticas son simplemente momentáneas en el ejercicio político profesional, nunca nadie que se jacte de ser conocedor se puede dar por sorprendido.
Durante el siglo XIX, cientos de militantes conservadores en medio de la Guerra de Reforma cambiaron de bando, incluso, durante la famosa intervención francesa, esos cambios de bando se convirtieron en una especie de respuesta natural a la invasión armada a suelo nacional.
El mejor amigo y compadre de Porfirio Díaz Morí, fue José Manuel del Refugio González Flores, quien a la postre se convirtió en presidente de México, al único al que Díaz le confió la silla presidencial.
En su faceta como militar participó en la intervención estadounidense en México, como teniente y más tarde combatió en la Guerra de Reforma, del lado del Partido Conservador.
En una de esas tantas batallas se topó de frente con Díaz y ambos empuñando sendas pistolas no se atrevieron a disparar de frente, algo extraño, mágico o hasta místico los detuvo, lo cierto es que, a partir de ese momento, quien fuera acérrimo rival de los liberales mexicanos, cambió su postura y bando para convertirse en uno de los más fieros y leales militantes del liberalismo del siglo XIX.
Ahora que una vez más el senador Miguel Ángel Yunes Márquez intentó robarse los reflectores al afirmar que “el no ve militarización alguna en la adhesión de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)” en esa transmutación política que paso de declarar en contra de todo lo que fuera emanado de la 4T hace tres meses, a validar todo, simplemente por salvarse de la cárcel, una versión corre ya entre el grupo político cercano a la gobernadora electa Rocío Nahle García.
Nadie puede ni debe burlarse de las y los veracruzanos, mucho menos, venir a pretender ser unos consumados patriotas cuando de por medio se antepone el terror a pisar la cárcel, sin saber defender como caballeros sus acciones políticas.
Las afrentas, insultos, vejaciones, y demás acciones ejecutadas antes, durante y posterior a la campaña no son asunto que se pueda quedar en el olvido, por el contrario, retumban entre la memoria histórica de los veracruzanos, a los que no se les puede salir con un perdone usted que a chuchita la bolsearon.
Es por eso que se habla que el “war room” de la gobernadora electa se evalúa ya la posibilidad de llevar a la Subsecretaría de Gobierno a un verdadero perro de caza, de esos que huelen y buscan sangre, para detener todo intento o acción por parte de los miembros del mencionado Clan.
Y es que sabedores de la caballerosidad y el profesionalismo político con que se desempeña el próximo secretario de Gobierno, Ricardo Ahued Bardahuil, difícilmente lo veremos persiguiendo como fiera a los Yunes del Estero.
Así que para que la cuña apriete urge sacarla del mismo palo.
Las versiones de que llegará como antídoto a la Subsecretaría de Gobierno el dirigente estatal de Fuerza por México Veracruz, Eduardo “Tato” Yunes Vega a la dependencia crecen porque él tiene cuentas pendientes con estos mismos personajes, a los que la parentela consanguínea une, pero que por sus formas los distanciaron al grado de no tolerarse ni en pintura.
Si alguien sabe de qué pie cojean los mismos Yunes es otro Yunes de la misma rama consanguínea, ahora veremos hasta dónde escala este tema, que por sí mismo es de pronóstico reservado. El subsecretario de hierro que necesita Nahle lo tiene a la mano.
astrolabiopoliticomx@gmail.com
“X” antes Twitter: @LuisBaqueiro_mx
(DE LA COLUMNA "ASTROLABIO POLÍTICO")
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