Espresso Matutino señala además que “Las ventas de negocios locales han caído hasta 60%, sobre todo en tiendas de vestidos de novia, electrónica, muebles y demás joyitas del retail tradicional”.
Obvio es que la reacción de los comerciantes tradicionales no se ha hecho esperar y harán lo que esté a su alcance para impedir su total desplazamiento y buscarán que las autoridades locales de la CDMX y las Secretarías de Economía y Hacienda Federal vigilen con lupa la legalidad del uso del suelo, el comercio informal; así como el reforzamiento de aduanas, principalmente en las calles Peña y Peña, Bolivia, Izazaga, Isabel la Católica, Lázaro Cárdenas, 5 de Mayo y otras saturadas de comercios asiáticos.
Sin embargo, se dice en Espresso Matutino que “La tensión entre globalización y comercio local no es nueva, pero el Centro Histórico la vive sin anestesia. El Centro Histórico y varios comercios llevan años navegando en la ambigüedad legal. Es decir: ¿Cómo regular lo nuevo si lo viejo ya operaba entre sombras?”
Tremendo paquete el de las autoridades, tremendo paquete viven aquellos que se apegan a lo viejo, a lo tradicional, que se niegan a la modernición y a la legalidad, que no reinvirtieron sus beneficios; pero sobre todo, que gozaron de la protección política para desde la ilegalidad hacer grandes fortunas.
Ese es el gran problemón que se vive en la tierra gobernada ahora por Clara Brugada.
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