Hay información oficial que muy pocos creen y tienen razón en dudarla. Por ejemplo, el de la inflación. Según las cifras oficiales del INEGI, la inflación en México se desaceleró más de lo previsto en la primera quincena de octubre 2025. ¡Ajá! Se había calculado por las autoridades que en este lapso la inflación crecería 3.78% y subió 3.63% lo cual no es un aliento, pero, aunque así fuera, la población que hace las compras del día, quincena o mes, tiene razón en estar en desacuerdo, pues déjenos decirle que la trampa ya no está en los precios… sino en el gramaje. Es decir, en las cantidades que dan por esos precios supuestamente a la baja o estables. Cheque y compare los jabones de baño, por ejemplo, son unas auténticas tablillas. El papel de baño viene cada vez más delgado y fácilmente consumible. La leche cada vez tiene más agua. Los huevos son cada vez más pequeños. El azúcar no endulza igual que antes. La luz cada día sube y a pesar de que los cortes son frecuentes, la cobran igual. El gas cada mes dura menos. La gasolina Magna, aunque a precio constante parece no tener el octanaje que se dice, pues cada día alcanza para cubrir menos kilómetros. Se paga por agua potable que no lo es y se debe pagar por agua purificada que cuesta carísima. En realidad, la trampa es que el Gobierno lo permite, no hay checadores de peso, de litros o del contenido de otros productos, el Centro Nacional de Metrología es un elefante consentidor, la PROFECO se hace de la vista gorda y no defiende a los consumidores, en cambio permite a los comerciantes cometer toda clase de trampas. Por eso es por lo que los consumidores se dan cuenta que la inflación está por las nubes, aunque INEGI diga lo contrario. Pero no es queja, es descubrir lo que está oculto y que debe ser la tarea pendiente a resolver por el actual gobierno, para que la gente le crea que algo se ha transformado. ¡Estamos! |