Pareciera que no, pero la política agresiva del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a los únicos intereses económicos que afecta es al de las empresas trasnacionales norteamericanas.
El pequeño mundo que le queda a Trump son economías emergentes de poca monta y su alianza comercial con México y Canadá, a las que según su estado de ánimo castiga sin piedad con sus agresivas políticas arancelarias.
El mundo moderno y poderoso hoy lo maneja China, que sin tanto polvo se asocia diplomáticamente con enemigos y hasta con aliados históricos de USA a través del BRICS, que incluye a Brasil, Rusia, India, Sudáfrica, Argentina, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Irán y Etiopía.
|
La principal prueba de lo anterior es que por estos días Wall Street está imparable rompiendo récords gracias al tono amigable que ha mostrado China a unos días de la Cumbre internacional.
Es fácil deducir que China le está tendiendo la camita al capitalismo norteamericano y principalmente a Donald Trump, quien siente pasos en la azotea, pues de tonto no tiene un pelo y sabe bien que China busca debilitarlo por dentro al ganarle simpatías entre los poderosos empresarios que simpatizan con republicanos y con los demócratas.
El nuevo capital tiene hoy un rostro diferente y se llama BRICS. |