A nivel macroeconómico, México entona villancicos aunque el PIB anda desafinado entre un 0.3% y un 0.4% de crecimiento. La inflación, moderada pero necia, sigue pellizcando carteras como si fuera tía incómoda en posada familiar: 3.5% a 3.7% anual.
Eso sí, la inversión extranjera está feliz, rompiendo récords y metiendo más de 40 mil millones de dólares como si fuera aguinaldo internacional.
Pero el Grinch tenía que aparecer, claro. Y esta vez no viene verde: viene en forma de consumo privado que ya muestra su frenón.
Aunque, para ser sinceros, ese ni siquiera es el susto.
El verdadero golpe bajo viene con listón rojo: la cartera vencida se disparó 18.5% anual en octubre de 2025, el peor nivel desde 2003.
En resumen: la gente compra… pero no paga.
Navidad adelantada, pagos atrasados. Así la magia.
¿Se robó el Grinch la Navidad? No exactamente.
Aquí los que traen el caos son sus duendecillos: la cartera vencida no creció en tarjetas de crédito —sí, sorprendentemente los mexicanos están cuidando su “línea”—, pero los préstamos personales quedaron como regalo mal envuelto: morosidad del 50.7%.
Y quienes se emocionaron comprando refri, sala y estufa para “renovar el hogar”… también fallaron: 42.2% de impago.
Puro espíritu navideño… financiado.
¿Culpables? Podemos señalar a las apps que ofrecen préstamos hasta mientras usted juega Candy Crush, pero tampoco es como que alguien le puso una pistola para aceptar el préstamo de “aviéntate, total, pagas después”.
Spoiler: el después ya llegó.
Y ahora, agárrese: los bancos tendrán que elegir entre cerrar la llave o prestarle más caro.
Nada de tasas festivas: lo que viene será más “jalogüín” que “Noche Buena”.
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(COLUMNA "POLÍTICA AL DÍA") |