.- Dicen que por donde pisaba Atila, el pasto no volvía a crecer. Pero no era por experiencias sobrenaturales, sino por los cientos de miles de soldados a caballo que venían atrás de Atila y que arrancaban el pasto de raíz con sus cascos duros.
Algo similar sucede con Alejandro de la Cruz Garnica, que por donde pasa, como por ensalmo, deja un reg... |