Una de las hipótesis dice que como de momento lo que le interesa a Morena es conservar la capital del estado, Ricardo sería convencido de aceptar la candidatura a la presidencia municipal… pero con una aviesa intención. Llevaría como compañera de fórmula a la diputada federal Dorheny García Cayetano, favorita del gobernador Cuitláhuac García. Y Dorheny asumiría la alcaldía una vez que Ricardo sea obligado a renunciar.
Ah caray, ¿así de fácil?
En honor a la verdad, no veo a Ricardo Ahued tirando por el caño su capital político y el respeto que le tienen los xalapeños. No lo imagino sirviendo de títere para satisfacer las ambiciones personales de un grupo de bandidos, corruptos y sinvergüenzas. No lo ubico haciendo el humillante y patético papel de Juanito el de Iztapalapa. Pero…
“Si Ricardo acepta, gana la alcaldía y lleva como presidenta municipal suplente a la chamaquita Dorheny, así va a ser la tirada. Y de mi te acuerdas” me auguró un analista que conoce muy bien a los morenos.
Dijo que contentos porque un hombre al que conocen y aprecian quiere volverlos a gobernar, los xalapeños pueden pasar por alto el nombre de la suplente porque “¿quién se fija en eso?”.
Agregó que es tan grande la obsesión por conservar Xalapa, que los morenos no se tentarán el corazón para valerse de Ricardo, como tampoco se lo tentarán para correrlo de la alcaldía a los pocos meses de asumir el cargo. “Porque esa es su naturaleza, así son, así están hechos en 4T”.
Y lo mismo le puede suceder a Elizabeth Morales, me advirtió. “Si los morenos no quieren a Ricardo tampoco quieren a la ex presidenta municipal, pero se servirán de ella porque saben que después del senador es la única con posibilidades de triunfo. Le brindarán todo el apoyo para después hacerla a un lado y entronizar a Dorheny como nueva alcaldesa”.
“Maquiavélico el plan,” dije al analista. “Sí, y precisamente por eso entra dentro de lo posible”, me contestó.
En lo personal no creo que Ricardo o Elizabeth vayan a morder el anzuelo y tampoco creo tan inocentes a los xalapeños como para no advertir la estafa.
“Yo tampoco creo a los xalapeños tan tarugos, pero recuerda lo que les sucedió en el 2017” finalizó el analista. Y ni hablar…
Esa es una de las hipótesis que recorren Xalapa a la par de la pandemia. Y no por descabellada puede darse por descartada.
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