Lo cierto es que sabían que la verdadera jefa política de Morena en Veracruz, la ex diputada federal de Coatzacoalcos, senadora con licencia y actual secretaria de Energía, Rocío Nahle, no le iba a entregar su principal bastión a Montiel. Y es que de las principales ciudades con alcaldes morenistas –Xalapa, Minatitlán y Poza Rica–, sólo en el antiguo Puerto México el partido en el poder sigue conservando una alta preferencia electoral pese a la desastrosa administración municipal de Víctor Carranza Rosaldo, compadre de la titular de la SENER y fuerte aspirante a la gubernatura en 2024.
El candidato de Nahle para la alcaldía porteña es el diputado local Amado Cruz García, al que presumiblemente obligarán a Marcelo a apoyar con la estructura que el ex munícipe priista aún mantiene en Coatzacoalcos, dándole la espalda otra vez –como ya lo hizo en 2017– al dirigente regional de la CTM, Carlos Vasconcelos Guevara, quien será postulado a la presidencia municipal por la alianza “Va por Veracruz”, del PRI-PAN-PRD.
Marcelo se quiere desligar de su antiguo feudo del sur de Veracruz, y como coartada está usando a su hermano Roberto Montiel, “El Calelas”, a quien previo acuerdo con Herrera Borunda mandó primero como dirigente municipal del PVEM en Puente Nacional para luego postularlo a la alcaldía en la coalición con Morena y el PT.
La versión que corre es que a Marcelo lo habrían apretado para que en este proceso electoral “coopere” con los candidatos de Morena, pues aparte de su riqueza inexplicable todavía tiene abierto un expediente en la Fiscalía General de la República por presuntos ilícitos que le imputan como ex delegado estatal de la desaparecida Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Montiel ha creado fama de ser un político blando, fácil de presionar. En la sucesión gubernamental de 2004, por ejemplo, el ex gobernador Miguel Alemán Velasco hizo que apoyara a Tomás Ruiz, entonces director de Banobras que aspiraba a la gubernatura, no obstante que Marcelo tenía compromiso con el senador Fidel Herrera, y luego éste, ya en el poder, lo presionó en 2006 para dejar perder en Coatzacoalcos a Pepe Yunes Zorrilla, candidato al Senado de la alianza PRI-PVEM cuya campaña coordinaba.
Y es que de haber ganado la senaduría, el político peroteño se hubiera perfilado como el candidato natural priista para suceder a Herrera Beltrán en 2010, lo que habría complicado el proyecto sucesorio del cuenqueño, quien finalmente logró imponer a su ex secretario de Finanzas, Javier Duarte de Ochoa.
Ahora, presionado por el Partido Verde y Morena, Marcelo ha lanzado a su hermano por la alcaldía de Puente Nacional pese a que el ex alcalde Leonel Segundo Grajales Lagunes, su amigo, ex colaborador y también nativo de Naranjos, su pueblo natal, va por la diputación local por el PRI-PAN-PRD.
AHUED: PLATO DE SEGUNDA MESA
¿Ya se habrá decidido el senador Ricardo Ahued a aceptar la invitación de Morena para ser su abanderado a la presidencia municipal de Xalapa?
La pregunta se hace porque el ex diputado y ex alcalde xalapeño debió haber recibido como balde de agua fría la noticia de que el pasado martes 2, el mero Día de la Virgen de la Candelaria, el gobierno morenista de Tabasco y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) firmaron un acuerdo para condonar la deuda histórica que tenían más de 600 mil personas desde 1995, y en el que se establece además una tarifa única para consumo doméstico, lo mismo que Ahued Bardahuil ha venido exigiendo para los veracruzanos y que hasta ahora no le han podido cumplir.
El senador ha pedido un trato similar de la CFE para nuestra entidad, argumentando que los veracruzanos “no somos plato de segunda mesa”.
Si, como ha trascendido, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, estaría presionándolo también para que contienda por la alcaldía de Xalapa, ¿no podría la zacatecana avecindada en Coatzacoalcos apoyar la demanda de don Ricardo para beneficiar a las familias y empresarios del estado que aspira a gobernar?
Ya sabremos el domingo próximo si Ahued se deja utilizar.
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